28 mayo 2010

Piso 15

El piso 15. Necesitaba llegar a la planta baja rápidamente. Llamé al ascensor

5, 6, 7, 8... Acudía a mi llamado rápidamente, pero al llegar al piso 9 se detenía. La flecha que indicaba la dirección de su trayecto cambió de color, de verde a ámbar. Empezó a parpadear.

Comencé a desesperarme. Apreté con fuerza los botones para que subiera el otro elevador. Nada.

Mi impaciencia se volvió enojo. Escuché que el elevador avanzaba: sentí miedo. ¿Y si me quedaba atorada al querer bajar?

No lo usaría, pero no estaba segura si bajar por las escaleras o saltar por la venta. Si saltaba llegaría más rápido abajo.

L.W.O

27 mayo 2010

El granero

El sol en el cenit nos cegaba, el calor sofocante mermaba toda fuerza.

Qué difícil era moverse entre dunas de arena con la ropa adherida a la piel por el sudor.

Nuestra esperanza era llegar a la playa solitaria donde nos refrescaríamos. Faltaba menos de un kilómetro.

Una tormenta de arena nos sorprendió a escasos metros del granero: la antesala de la playa.

“Refugiémonos allí”,dijo alguien.

Aceleramos el paso lo más que pudimos.

Sentía la arena en la garganta, me raspaba, y me lastimaba la nariz. No era fácil respirar.

Entramos al granero.

Sólo debíamos esperar unos minutos. Me refugié en un rincón y cerré los ojos, así el tiempo pasaría más rápido.

La tormenta terminó. Ese profundo silencio que lastimaba los oídos me lo indicó.

Abrí lo ojos. Estaba sola.

Algunos rayos del sol se filtraban por las paredes del la construcción.

Tal vez estaban en la playa. Quizá ya nadaban en el mar. Salí.

No vi a nadie.

No había playa.

No había mar.

No había granero.

La arena me rodeaba.

L.W.O

21 mayo 2010

De noche

La noche había llegado. Estaba todo listo para iniciar el contragolpe, la lucha había comenzado y no dejaríamos que pasaran por encima de nuestros derechos. Nos desplazaríamos en grupos pequeños.

Cuando estábamos por salir ella dijo que no estaba lista. Deseaba participar, pero no tenía la fuerza ni el valor para hacerlo.

Los demás se despidieron de ella.

En ese momento supe de nuestra derrota: ya nos había traicionado.

L.W.O