Perdí la cuenta hace mucho. No recuerdo cuántas veces lo he hecho, pero no dejo de imaginarte conmigo: aunque sea unos segundos. Prefiero una realidad fugaz a una fantasía eterna.
Todavía recuerdo la calidez de tu cuerpo, ése que nunca fue mío y no he dejado de desear.
Tus ojos que me desnudan y traspasan mi piel para leer en mi esencia lo que soy, lo que pienso y anhelo; que me inquietan y tranquilizan al mismo tiempo. Soy vulnerable ante tu mirada y no me molesta.
Tu imagen me persigue, me obsesiona y me confunde. Juega con mis sentidos y altera la tranquilidad de mi rutina.
Y te pienso...
Te veo, escucho, siento, huelo y saboreo aunque no estés aquí. Hace mucho que partiste, pero no te dejo ir.
L.W.O
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